EXCURSIÓN POMPEYA Y NÁPOLES

Pompeya fue una ciudad de la Antigua Roma.

El tiempo de detuvo en sus calles un fatídico 24 de agosto del año 79 cuando las cenizas y la lava del Vesubio la sepultaron para siempre. La ciudad fue redescubierta en el siglo XVI, en 1748 comenzaron las excavaciones y desde entonces se han desenterrado más de 45 hectáreas de terreno.

Paradójicamente, esas cenizas y lava, que destruyeron la vida, mantuvieron la ciudad en un estado de conservación impresionante. Durante la visita se tiene la sensación de estar visitando una ciudad que aún continúa siendo habitada. Podremos ver, de la mano de nuestro guía, la gran cantidad de edificios en los que los ciudadanos hacían su vida diaria: templos, la basílica, el foro y las termas, además de algunas casas de las más lujosas decoradas con frescos y mosaicos. Hay un edificio muy curioso que es el Lupanar, un prostíbulo de la época en el que pueden verse las rudimentarias camas de piedra que utilizaban, además de algunos frescos con pinturas eróticas.

Durante las excavaciones, iban encontrando huecos en la ceniza que habían contenido restos humanos. En 1860, un arqueólogo italiano sugirió rellenar estos huecos con yeso y de esta forma se obtuvieron los moldes de los cuerpos, que muestran con gran precisión el último momento de la vida de los ciudadanos que no pudieron escapar a la erupción. En algunos la expresión de terror es muy visible. Otros intentan tapar su boca o la de sus seres queridos con pañuelos o vestidos tratando de no inhalar los gases tóxicos, y alguno se aferra con fuerza a sus joyas y bienes personales.